Liena - Murillo de Gallego

La malla de riglos enmarcada en tan ventanas, este pequeño pero acogedor local le ofrece a probar un local y cuidado para la cocina tanto en la presentación como en la materia prima que ofrece. no dude en tenerlos por ese pequeño homenaje que merecemos probar.

Para mí, la comida estuvo "regular", nada más. La ensalada templada estaba bien, los fideos no eran malos (estaban bien sazonados) y el salmón era bueno. En cuanto al flan de postre, la verdad es que estaba muy compacto, tuve que moverlo.

¡El restaurante es el más acogedor! Tiene una decoración bonita y sencilla, pero con un toque refinado. El trato fue excelente. La camarera era muy agradable. En cuanto a la comida, considerando que uno de nuestros comensales no se sentía bien, puedo decir que todo estuvo muy bueno. Un risotto delicioso, una ensalada de lechuga con langostas y gulas que estaba exquisita. No hay que perdérselo. Comimos jabalí, que estaba muy tierno, aunque un poco salado. La paleta de cordero estaba muy buena, dorada, bien presentada y en su punto. De postres, poco más que añadir. ¡Tomamos yogur y un coulant! ¡Genial que hayamos quedado tan satisfechos!

Fuimos sin reservas y probamos la carta. La comida fue buena, destacando especialmente el estofado de ciervo, que estuvo notable. Los demás platos estuvieron bien, aunque no fueron espectaculares. El servicio fue muy atento; sin embargo, en nuestro caso, a pesar de que lo intentaban, fue algo lento debido a la falta de personal. Otro pequeño inconveniente fue que el vino se sirvió a temperatura ambiente en un día muy caluroso, lo que hizo que la elección de vinos fuera literal. A pesar de esto, el lugar es agradable y definitivamente vale la pena.