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Contribute FeedbackUn restaurante situado en una aldea que fue abandonado por los habitantes por la fuerza durante la posguerra, y que renació de la mano de los descendientes de los habitantes tan originales hace unos años. Es un lugar ideal para degustar la cocina tradicional en un entorno único y tranquilo, fuera de las rutas de la costa del sol. personas muy amables que consiguen llenar su restaurante que sirve una amplia variedad de platos que son sabrosos. altamente recomendable...pero haz una reserva si no quieres llegar a esa esquina entre montañas y quédate sin comer!
Maravilloso! Un sitio precioso, la familia y trabajadores son un sol, y la comida toda casera y deliciosa! Vale mucho la pena hacer una parada aquí, y no dejéis de pedir postre
Un sitio donde volveré cada vez que pueda. La comida exquisita, lo hacen todo artesano, el pan cada mañana lo hace el cocinero y apasionado de el. Te sorprende con uno de trigo de pipas, cúrcuma y tinta de calamar... Cada día hay variación. Además de visitar la aldea del acebuchal que tiene una historia muy bonita. Recomendable para llegar temprano hacer senderismo visitar la Aldea y comer en el restaurante
Visita obligada si estás cerca de Frigiliana, Nerja, Maro etc. La ruta de entrada un poco tortuosa. Ojo a los que se marean ! Pero qué el acceso no sea un inconveniente, por qué el enclave merece la pena con creces! Restaurante el Acebuchal cuenta con productos típicos de la tierra cocinados con esmero y cariño, y el resultado se nota. La historia de la aldea es preciosa! El pan del día es un pan de cúrcuma y tinta de calamar (ES-PEC-TA-CU-LAR), que mojado en el aceite que sirven es un verdadero manjar! Hemos pedido también unas croquetas de espinacas y queso, pero el plato estrella fue la paletilla lechal cocinada a baja temperatura! Las fotos hablan por sí solas! Y la tarta de queso es postre obligado! Buena calidad del producto a un precio justo !Gracias al equipo por la eficacia y derrochar simpatía! Comida: 5/5 Local: 4/5 Servicio:5/5 Relación calidad precio:4/5
Fuimos porque sale como unos de los mejores sitios para comer en Frigiliana. Y aunque está a unos 15 minutos del pueblo mereció la pena. Está en una pequeña aldea donde sólo se oye el piar de los pájaros y por lo tanto es super relajante comer allí. Si a eso le sumas buena comida casera y un trato de 10 estás en el lugar ideal.