La Parroquia Mexicana

Es una lástima que tengan una ubicación excelente. Durante mi visita, pude notar claramente la falta de personal, lo que resultó en una espera de 15 minutos para que me entregaran el menú y tomaran mi orden, y otros 25 minutos más para recibir mi comida. Durante ese tiempo vi a gente salir y entrar molesta, ¿por qué esperar tanto? Estaba matando el tiempo y no ayudaron mucho. Mi plato fue terrible, unos chilaquiles con queso quemado, una salsa sin sabor y un trozo de pechuga de pésima presentación. Considerando el precio que pagué, lo que recibí fue carísimo. Espero que mejoren o que cierren porque no les auguro un futuro prometedor.

La comida es de excelente calidad, la comida mexicana es impecable, el servicio es rápido y atento. Realmente han mejorado su restaurante, y la quesadilla gigante sigue siendo un gran éxito.

Es un lugar para amantes de lo sencillo y la comida sin pretensiones, invita más a disfrutar la vista al aire libre de la "fuente de los leones o el sagrario" o desde el interior donde también son agradables los balconcitos y se siente una privacidad bien lograda. El pozole por ejemplo, es muy rico, aunque pueden mejorar las porciones (solo un poco mas grandes)... En general ofrecen platillos con un rico sazón, considerando un precio justo (tampoco sería posible disfrutar esa ubicación a un precio de "fonda de la esquina"), es decir, la cuenta es muy moderada pero no como en un lugar ambulante o de comida rapida. La atención es agradable pero como siempre recomiendo, podría socializarse un poco mas para conocer a los clientes y crear empatía (lo cual solo la encargada lo expresó adecuadamente). Es un lugar que recomiendo para ir con la intención de disfrutar el centro histórico de León si gustas de la "común comida mexicana". Saludos.

Los alimentos son de muy mala calidad, mal sazón, súper grasosos y muy caros. El servicio es muy malo, ni los meseros ni gerente se ocupan de dar un buen servicio aún cuando se les dijo que los alimentos no estaban siendo de nuestro agrado. Ofrecen alimentos en su menú que no tienen y te hacen esperar para decirte q no hay. Su especialidad es una "quesadilla gigante" a la que le ponen guisados, pero cuando la pides te dicen que se les termino la masa y que tienes q esperar a que llegue. Muy mala experiencia.

Una quezadilla mal hecha y sencilla $90 pesos . Unas seudo flautas muy pequeñas y rancias $80 pesos, el agua de horchata, simple y sin sabor. Esa comida que nos sirvieron no vale eso. Es malísima la calidad. La chica que cobra, haciendo caras. Me gustaba comer ahí, pero no regreso ni aunque me invitaran.Cuando la comida es de calidad, lo pagas sin problema, así, hasta coraje da pagar la cuenta.