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Contribute FeedbackME enfermé brutal del estómago por comer ahí, inmediamente haré una denuncia y mandaré inspección de profeco, no puede ser que pongan en riesgo nuestra vida !!! En tiempos de covid!!!
Una tarde de Domingo, mi novia y yo fuimos al Blu, una opción conveniente por cercanía a nuestro hogar. El acogedor sitio nos encantó y tomamos asiento. El mesero amablemente ofreció bebidas y menús. Mientras consultábamos los platillos que incluyen ensaladas, wraps y cortes de carne, decidimos ir al cine. Así, cuando el mesero volvió con nuestros cocteles, que estaban muy ricos, le preguntamos según su juicio cuáles serían los platillos que demorarían menos. Intentamos ser corteses y señalamos que no era nuestro afán presionar a nadie, sólo que queríamos ajustar nuestros planes. El mesero consideró unos segundos su respuesta y nos indicó que los wraps serían nuestra opción veloz y accedimos. Yo pedí uno de pollo en salsa de alitas y mi novia uno de pollo con salsa de tamarindo. Debieron pasar 45 minutos para que sirvieran nuestros platillos, unos aparentemente sencillos wraps de pollo acompañados de ensalada y aderezo. Nos tomó por sorpresa el prolongado tiempo de espera, pero asumimos nuestra parte y no nos quejamos porque evidentemente el Blu no es un restaurante de comida rápida. Dicho eso, 45 minutos nos pareció excesivo y nos hizo cuestionar cuál sería el tiempo de espera para platillos más elaborados. El wrap que yo me comí estaba muy rico y fresco; el que pidió mi novia estaba muy picoso y ella no acostumbra comer chile. Ambos entramos en una breve discusión, yo señalé que al ser salsa de tamarindo debió asumir que sería picante o bien, debió consultarlo; ella argumentó que el tamarindo no tiene porqué ser picante. En fin... En conclusión, el lugar, el personal y la comida están muy bien, sólo mi recomendación sería asistir al Blu sabiendo que se demoran para entregar platillos. Deseo que nuestra te sea útil. Gracias por leer.
Visitamos mi novio y yo el restaurante, gracias a las recomendaciones de trip advisor, No es un restaurante lujoso. Tienen una variedad atractiva en cuanto los alimentos, las bebidas son exquisitas. Los puntos malos son , que el mesero solo nos atendió muy poco, cuando nos sirvió las bebidas y cuando nos llevó los alimentos, y nos dejaron una sola servilleta, la sorpresa fue que pedimos unos platillos, tardaron más de 50 min en llevarnos la comida, y nos sugirieron no pedir las alitas de pollo, ya que era muy tardado para cocinar, no quiero pensar cuanto se tardarían las alitas, si lo que pedimos fue express . Pedimos unos WRAP, ya que estaban extremadamente picantes y yo no pude consumir, solo la ensalada que estaba de acompañamiento, la verdad es que se veían deliciosos, pero me quedé sin cenar. El 2do mesero fue muy gentil, nos pidió muchas disculpas. El chiste es que terminamos en el carro de hot dogs que estaban afuera para que yo pudiera cenar algo. Mi novio me comentó que los suyos , son de las cosas mas picantes que también había consumido, si estaban muy ricos, pero los consumió con sufrimiento. No creo que deban de hacer estos platillos si no se van a poder disfrutar, así que sugiero que se tenga extremo cuidado con eso.
Que grata sorpresa fue encontrar este lugar. Los precios están muy bien porque los platos los sirven muy bastos. Las alitas en salsa de tamarindo son deliciosas!!!! El lugar es tranquilo y agradable. Está un poco escondido y mas porque la calle tiene una numeración rara, el lugar esta comenzando la calle Madero muy cerca del arco de la calzada, prácticamente al lado de una tintorería, es una casa. El servicio es muy bueno, el chico que nos atendió fue muy amable y atento siempre. Un lugar recomendable!!! para ir muchas veces.
Es un lugar un tanto escondido, en la famosa Calle Madero de León. Ambientado con un estilo un tanto hipster, puede despertar sospechas para los que están acostumbrados a los restaurantes de prestigio . No se dejen engañar por las apariencias. Se come delicioso y barato. Es el lugar ideal para experimentar con platillos que difícilmente encontrarán en otro lugar. El lugar es una casa antigua, con una mezcla de arte y moviliario vintage. La música, sencillamente alejada del top ten popular, pero te deja comer y platicar de manera agradable. La carta, se basa en wraps, entradas, algunas variedades de cortes, ensaladas y bebidas. Eso sí muuuuchas bebidas. Cerveza artesanal. La regla es: si quieres que de un platillo preestablecido, tú lo quieras modificar, adelante. Hay una versatilidad asombrosa en ese sentido. Yo pedí una arrachera a la plancha, y se me ocurrió pedir sugerencias para la base: terminé con una crema de chile de árbol y tamarindo que bañaba mi corte y le dio un sabor genial. Pedí unas papas de entrada: al perejil y bañadas en 3 quesos. Me sorprendó por la abundancia de la cantidad y lo agradable del sazón. El jamón serrano con alcaparras, melón y vino blanco, también nos convenció. Creo que es una visita obligada para aquellos que quieran salir de la rutina. Es agradable hablar con meseros que saben de cocina, y crear algo nuevo a partir de tus intuiciones y los consejos de los dueños o los meseros. A mejorar, solo un poco de rapidez en el servicio, y cuidar algunos aspectos del lugar, para que parezca vintage, en vez de descuidado. Sinceramente, volveré a ir.