Las Rias Bajas - Gijón

Uno de los mejores lugares de España para degustar diferentes variedades de vinos y asistir a la clase magistral de Felipe

Bajo la apariencia de un humilde bar de barrio como cualquier otro, hay un restaurante con el deseo de hacer las cosas muy bien, cuidando mucho los detalles. Reservamos aquí por casualidad y tuvimos una agradable sorpresa. Este es el bar típico que si no sabes que no te da la sensación de que vas a cuidar tanto de los productos gourmet: un signo de una roca deportiva que preside el loft del lugar, un feligres acostado en el bar tomando café y más apariencia de bar que de restaurante a primera vista. Tan pronto como oyes al dueño hablar de vinos y lo ves repartiendo una botella poco conocida de los frigoríficos, la cosa cambia. Estresa no sólo lo bien que comemos sino lo bien que bebemos. Se observa que su propietario entiende muchos vinos, lo sabe y le gusta, ofreciendo vinos para bebidas a los comensales. No somos entendidos y nos dejamos guiar por él y vinimos completamente con un vino blanco húngaro y otro riessling para acompañar la mesa de queso. En cuanto a la comida, todo hecho en casa y muy bueno. Las papas tres salsas hechas en casa y me atrevería a decir que las salsas también, al menos las cabras y el alioli impresionante. El tomate burrata diría que la burrata aunque no el granfe es de lo bueno, no el supermercado como se atreven a sacarte en muchos lugares. El tomate pelado y sabroso. El aceite de oliva que acompaña esto es de gran calidad y se nota. Y lo mejor de la comida vino con la mesa de queso, ¡qué quesos! Increíble todo y mucho francés e internacional. Me sorprendió un queso curado lituano que sabía similar a un manchego, incluso diría mejor que algunos, que soy perdonado por los hispano-manchegos. Los quesos azules y las cabras también son un espectáculo, para destacar una de las cabras texturadas más cremosas, aunque todas sobresalientes. Y si lo acompaña con unas copas de vino recomendadas por el propietario, la experiencia se eleva a la plaza. En resumen, una joya gastronómica que se ocupa del placer del comensal en un lugar humilde a un poco de distancia de la zona turística que debe ser una razón para visitar cada amante de la gastronomía, quesos y vino. El precio parecía muy razonable. Teniendo en cuenta lo que disfrutamos me pareció barato.

Un sitio de gran calidad de precio, fuimos tratados y grandes, y muy hermosas raciones. Comeremos el pulpo bajo demanda otra vez, y vimos una mesa comiéndola y una gran mirada. 100% recomendado

Los mejores vinos de Gijon ciertamente. Acompañado por una exquisita explicación. Buena comida y muy buenos quesos.

Si eres amante del vino o el queso el mejor lugar de Asturias para disfrutar de estos manjares. una de las cosa que me enamoro de este sitio es la posibilidad de provar vinos diferentes especiales) por copas. Se lo recomendaria a cualquier amante del vino. La comida también esta buenisima croquetas super cremosos, un chuleton poco hecho genial y mencion aparte su tabla de quesos). Los conocimientos del somelier sobre el vino dignos de mención. Espero repetir pronto.