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Contribute FeedbackDespués de un día de excursión, decidimos comer en este lugar... principalmente porque es uno de los pocos de la zona de Illas que abre los lunes. El lugar es el típico bar de pueblo, muy acogedor. Tienen una terraza en la parte trasera muy agradable, donde nos sentimos muy cómodos, con vistas al entorno rural de la zona muy relajantes. La atención de la camarera fue buena, los platos aceptables, no busques sofisticación, las porciones son adecuadas y el precio es bueno. En fin, es un lugar recomendable para recuperar fuerzas después de un día de senderismo, disfrutando de la naturaleza en la zona de Illas.
Realmente quedamos confundidos con otro restaurante. Llegamos un poco tarde pero el camarero fue muy amable a pesar de la hora. Pedimos fabada, solomillo al vino tinto (que venía con un menú) y escalopines al cabrales. La fabada estaba sabrosa, las patatas fritas no estaban muy buenas pero en general era aceptable.
Nos habían recomendado este restaurante y superó nuestras expectativas. Llevamos a nuestra mascota y fue genial. Tenían una terraza interior muy bonita. Lástima que fuimos a cenar, porque de día debe de ser aún más hermoso. La relación calidad-precio es excelente. La chica que nos atendió fue muy amable.
Comimos el otro día y fueron muy amables, nos ofrecieron un poco de pastel de cabracho porque iban a tardar un poco y se agradece. Tienen trona para los bebés y una terraza muy chula detrás. La sidra es dulce, a algunos les gusta mucho y a otros no, claro. Los cachopos estaban ricos, la carne era estaba bien y las croquetas tenían una textura muy apetitosa. Un buen sitio para ir sobre todo si hace buen día.
Estuvimos en una comida familiar y no sabemos si fue porque fuimos tarde habiendo avisado y ya era el final del servicio de comidas no nos satisfizo ni por el contenido ni la presentación pero estamos dispuestos a regresar y cambiar la opinión.