San Agustin - Villamalea

Cena muy entretenida y agradable. Aunque llegamos pronto y hubimos de esperar fue una experiencia muy gratificante. Para repetir

Tanto si se come de menú como a la carta, los platos son exquisitos. Sin faltar el espíritu de lo tradicional, llama la atención la innovación de los platos. Y los emplatados son dignos de un restaurante de 1 estrella Michelin. El trato del personal es correcto y amigable. La limpieza del restaurante es muy buena.

Nos ha encantado. Menú bastante amplio, la comida buenísima, ya sea la típica o algo más elaborado. Los postres riquísimos. Y a un precio realmente asequible

Este céntrico restaurante en Villamalea ofrece un aspecto joven y moderno, con iniciativa y gusto por la experimentación. En un ambiente cuidado con modernos materiales e iluminación indirecta y gran ventanal a la calle dispone de un espacio común para bar (pequeña barra) y comedor, aunque también tenía un salón cerrado amplio para banquetes. Atendido por un camarera que llevaba sol 3 días trabajando y que no conocía la receta de los platos que ofrece en su menú diario de 10'50, cosa importante ya que entre recetas tradicionales también hay espacio para platos algo más vanguardistas como la lasaña de salmón y espinacas que probé de primero servida en un bol con un sabor suave. De segundo probé unos pimientos de piquillo rellenos con una presentación cuidada pero de sabor insulso y acompañados de patatas y salsa. Para acabar dispone de postres caseros ya que también es cafetería-pastelería el lugar.

No suelo dejar comentarios pero en este caso prefiero avisar a aquel que como yo se dejase tentar por el aspecto moderno del local. Comida mala y servicio poco profesional. Pedimos calamares, gamba roja y crepe de champiñones. El crepe, de lo peor que haya probado desde hace tiempo. Nadando en salsa, con sabor indefinido, mal... Los calamares (aunque sea por desgracia bastante habitual) no son calamares sino sucedáneo insípido. Las gambas muy mediocres. También pedimos hamburguesa para los niños. Más de lo mismo, carne de muy baja calidad en un pan con dos trozos de tomate sin más, acompañado de patatas congeladas. Resumiendo, penoso.