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La peor experiencia en un restaurante. Fuimos con mi familia a este restaurante para cenar, parece que fue el día equivocado porque o estaban desbordados o son muy malos profesionales, porque no es normal en absoluto lo que nos pasó. Pedimos la bebida y la comida. Una hora y media de espera para que nos trajeran el primer plato, patatas bravas, tampoco creo que se tarde tanto en preparar. Después nos trajeron un plato de rosada a la plancha que por cierto pedimos que lo trajeran primero porque era para un niño pequeño, se lo tuvimos que volver a decir. El plato de rosada, en realidad era un plato de patatas fritas, ensalada y 2 pequeñas tajadas de rosada ¿rosada?... , se lo comentamos al camarero y este pasó nuestra queja al dueño o encargado. Vino a nuestra mesa a decir que se habían quedado sin rosada y por eso lo habían rellenado con lo que les pareció, y que si el niño se quedaba con hambre le harían otro plato.... sin palabras nos quedamos. Por fin llegó nuestro segundo plato. Casi 2 horas esperando, era un plato de croquetas. Tenemos un diabético en la familia que tiene que ponerse insulina y así es imposible. Tardando tanto entre plato y plato y aún quedaban por llegar 4 platos. Seguimos esperando y esperando...estábamos ya cansados, así que decidimos pedir la cuenta e irnos del local. Al pedir la cuenta el dueño o encargado ni se inmutó, pareció que era un alivio para ellos. La cuenta fueron cerca de 30€, por no comer prácticamente nada. Los refrescos, cervezas, patatas bravas, y 10€ las croquetas, por lo menos el plato de rosada ¿rosada?... no nos lo cobraron porque nos quejamos, claro, si no hubiéramos dicho nada nos lo cobrarían seguro. Al salir, cuando llegué a casa me comí un sándwich. Lugares como este te quitan las ganas de probar sitios nuevos. Está claro que aquí no volveré en la vida, y comentaré a mis conocidos la nefasta experiencia.
Excelente lugar para disfrutar de comida y tapas, así como para tomar un buen café o un gin tonic bien preparado. El dueño, Carlos, siempre está dispuesto a ofrecerte algo que no está en la carta y suele ser delicioso. También preparan unas migas buenísimas.