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Contribute FeedbackLa verdad es que no sabíamos dónde íbamos a comer, nos llevaron algunos amigos. una agradable sorpresa, comida tradicional catalana de primera calidad y un trato muy agradable. ¡Enhorabuena!
El lugar está genial, es muy acogedor y decorado con muy buen gusto. La comida estaba buenísima y el trato de los camareros fue fantástico. Antes de empezar a comer nos pusieron un alioli de membrillo, que luego se puede comprar en el mismo restaurante junto con muchos más productos. Estaba muy bueno. En la comida tanto los primeros platos como la carne estaba muy bien hecha. Y los postres caseros, tanto la tarta de queso como la crema catalana son muy recomendables. Todo estaba tremendo. Es el sitio perfecto para ir con la familia, con tu pareja, con hijos o incluso con tu mascota. Sin duda repetiremos.
El Pigall, situado en el idilico pueblo de Llessui, conocido coloquialmente com “ Cal Kiko”, es un restaurante familiar donde la tradicion y la innovacion se funden en unos platos creativos con productos mayormente locales de temporada y de alta calidad, con elaboraciones sencillas de nombre y sofisticadas de gusto. Son muchos años de experiencia, que los gastronomos que lo dusfrutan, repiten i aconsejan su visita. Kiko Rafel junto con su esposa Maria fue el creador aparte de otros platos entrañables del denominado “ filiberto”, un postre unico, y hoy muy popular. Hoy dia la saga familiar con Ivan al frente, y demas familia entre bastidores, mantienen muy alto el nivel gastronomico del lugar.
Comida fantástica y relación calidad precio genial! La atención de 10 y ubicación espectacular para disfrutar de las vistas y naturaleza.
Una subida a la localidad con unas vistas espectaculares. Mientras vas subiendo puedes impregnarte del entorno de alta montaña. Cal Kiko situado en la población de Llessui, la localidad más conocida cerca de esta, es Sort, Rialp, Altrón, Sorre,... Me habían hablado muchas veces de Cal Kiko, pero nunca pude disfrutar de poder comer allí. Por fin pude ir. Las expectativas eran altas. Creo que se han cubierto muy bien. El establecimiento parece renovado hace poco y en él se pueden observar recuerdos y objetos relacionados con la vieja estación de esquí, que ya desapareció. El servicio muy atento. Gente pròxima y simpática, y siguen los intereses de sus clientes, a veces con mucha paciencia, pero siempre atentos, muy atentos. Todo empieza con unos entrantes típicos de la zona, que puedes variar y picotear en grupo, para poder degustar todos los sabores de su amplio abanico de posibilidades. A continuación un segundo, donde elegir lo que más no apetezca y que dejo para su sorpresa. El precio, no es barato, pero se ajusta a lo que ofrecen y si lo disfrutas, perfecto!!!