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Contribute FeedbackEstuve en una sevilla hace unos días. Pedimos varias cosas de la carta y todo lo espectacular. Creo que es una buena idea tener una pequeña carta en la que todo lo que pides es muy rico y no tan típico muy extenso en la que nada es bueno, que engloba mucha poca rigidez. Con respecto al tratamiento del personal de 10, los locales limpios y recién reformados sólo hacen que mi deseo de regresar.
Un clásico en la carretera de Caracol en Sevilla. Recientemente lo han reformado y le han dado un nuevo aire, aunque personalmente creo que ha perdido ese sabor a la barra vecinal de toda la vida. Tienen una carta variada y varias tapas fuera del menú. Sin embargo, su plato estrella son los caracoles. Para mí, el goteo es un poco picante, aunque para gustos, los colores. En tiempos difíciles, es complicado encontrar sitio, tanto dentro del local como en la terraza.
Famoso por los caracoles, hace un año realizaron una reforma y han cambiado el concepto. Ya no es el típico bar del vecindario. Además de los caracoles y los gorilas, el menú ha cambiado por completo. Ofrecen una variedad de carnes maduradas y tapas un poco más elaboradas que las habituales. El interior es muy bonito y la cerveza sigue estando muy fresca.
Buen trato. Tiene una terraza exterior, una parte cubierta y otra al aire libre. Comimos: ensalada de huevo de chocolate, deliciosas croquetas caseras, hechas en casa y muy ricas. También probamos el arroz con presa ibérica, que estaba bien cocido, aunque un poco insípido; el sabor de la presa se perdió un poco. Las albóndigas de pollo en salsa de tikka masala estaban ¡muy ricas! De postre, un brownie, hecho en casa y delicioso. También probamos el ratón de yogur con tocino de cielo, muy rico, aunque el yogur tenía azúcar y le faltaba un toque ácido para contrastar con el dulce. En general, es un lugar tranquilo, agradable, con camareros amables y comida deliciosa. Sin duda, repetiría.