Naan - Santa Ana

Llegamos a probar, muy lindo lugar, carta acotada, pero menú rico y muy bien presentado. Fuimos con un bebé de 1 año y nos recomendaron comida para él. Volveremos.

Buena comida , carta especial con toque gourmet de especias asiáticas y buena atencion en un marco precioso de una casa muy bien ambientada

El pechito de cerdo un espanto. Recalentado y con gusto a heladera no voy nunca mas. La atención buena.

Excelente opción para comida hindú , los platos son muy abundantes y bien logrados, la sazón es moderada y se adapta a todos los gustos , si hace falta se puede pedir parte un poco más de condimentos.Recomiendo el pollo tandoor y los langostinos al curry. Hay también opciones generales como bife de chorizo con puré de calabaza.El lugar es una casa readaptada con múltiples espacios, gran calidad en las terminaciones ,Muy cómodo y espacioso , agradable.La atención es esmerada , cordial , todos jóvenes muy atentos.La comida es buena , se la pasa bien y es un lugar tranquilo donde te atienden bien , todo lo que tiene que tener un restaurante.

Cenamos el sábado a la noche sin reserva previa. El lugar ya estaba casi completo por lo que ocupamos una mesa de la galería externa. La casa en la que está ubicado el restaurante es una casa antigua reciclada con muy lindos ambientes y sobre todo acogedores. Se puede disfrutar de una rica cena en total tranquilidad. La propuesta del restaurante es muy acotada, con poca oferta pero de muy buena calidad. A los platos de la cocina tradicional los fusionan con la cocina hindú. Degustamos una tabla clásica ( "Tabla Mitre" si mal no recuerdo) que tenía una mini tarta de verduras y queso azul, papas a la crema, cazuela de bondiola de cerdo, rotolos de jamón y queso, verduras marinadas y quesos varios. Fue abundante para dos personas y estuvo bien preparada.La oferta de vinos es también acotada pero acompaña bien los platos elegidos. No degustamos postre para poder evaluar las propuestas ya que estábamos más que satisfechos.El servicio de los mozos es correcto, la única falencia que encontré es que las mesas que se ocupan en la galería quedan un poco desatendidas de a ratos. Los precios son un poco más elevados que el promedio. Una cena para dos personas con vino, la tabla y propina $900. Merece ser visitado pero es imprescindible hacer reserva previa.