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Contribute FeedbackTardaron casi una hora en servir 9 platos, uno de ellos ensalada. Nos dio tiempo a bebernos dos bebidas antes de que llegara el cuarto plato. Esto sería comprensible si el restaurante estuviera lleno, pero solo había 3 mesas, incluyéndonos. Los platos individuales llegaron uno detrás de otro con diferencia de 15 minutos, tuvimos que empezar a comer sin que estuvieran todos servidos porque se enfriaban, el solomillo lleno de nervios... Recomendables la ensalada de perdiz, las croquetas y el surtido de postres de la casa.
Es la segunda vez que voy al restaurante el Tenedor, la primera vez estuvo bien y por eso repetí. La carta ha crecido desde entonces, pero sin duda no vuelvo a ir. Tardaron casi dos horas en servir 6 platos, dos de ellos ensalada. Nos dio tiempo a acabar con la botella de vino antes de que llegara el cuarto plato. Esto, sería comprensible si el restaurante estuviera lleno, pero había 3 mesas, incluyéndonos. El servicio de los camareros normalito, eso si sinceros cuando pedimos tartar de atún rojo, y nos explicaron que no era atún rojo, pese a que lo pusiera en la carta... mi sorpresa es lo que llego en vez de tartar, trozos de atún recocinado y pasadísimo, emborrizado con sésamo. Le preguntamos al camarero que lo que habíamos pedido era tartar y eso no, a lo que contesto con un gesto de indiferencia, eso fue todo lo que obtuvimos. Recomendado las ensaladas.
Un nuevo restaurante con aspiraciones, cocina moderna. El servicio es bueno, pero hoy domingo, han estado lentos, los platos han tardado. La comida es actual y es buena. La cantidad suficiente, para ser moderna. Ojo, la extracción no termina de funcionar, había olores en el restaurante. Cuando pulan los detalles, será estupendo, pero para tener aspiraciones de calidad hay que mejorar.
Visitamos este restaurante en semana santa junto a la familia, éramos 6 personas y reservamos previamente. El restaurante tiene mesas bajas con sillas y mesas altas con taburetes así como terraza para disfrutar del buen tiempo si así lo prefieren. La carta del restaurante es pequeña pero con un surtido suficiente para encontrar más de una opción favorita. También había dos platos fuera de carta que complementaban la oferta. Pedimos dos platos como entrantes para compartir: una tabla de quesos y un revuelto de morcilla. La tabla de quesos traía 4 (o 5 no estoy segura) tipos de quesos que venían acompañados de nueces y mermelada de tomate. El revuelto de morcilla estaba jugosísimo con un sabor muy agradable y nada pesado, venía acompañado de una pequeña ensalada. De principal pedimos diferentes cosas: solomillo servido con guarnición de patatas a lo pobre y reducción de PX, lo sirvieron poco hecho, tal y como lo pedimos, sabor muy bueno y carne de excelente calidad. Por otro lado pedimos presa ibérica, como exigía la geografía, de dos modos diferentes: por un lado asada y servida con patatas gajo caseras y chimichurri para mojar. Y por otro lado macerada en pincho y acompañada de verduritas. Para los clásicos recomiendo la primera: sabor delicioso, carne tierna y del valle. Si por el contrario os gusta innovar pedid la presa en pincho: tenía un sabor espectacular, super tierna y con una guarnición menos típica. Otro plato que pedimos fueron unas chuletas de cordero acompañadas de pimientos de padrón, si os gusta el cordero son muy recomendables, jugosas y especialmente tiernas. Saliendo de la carne, los dos platos que quedaban eran un revuelto de setas y unos noodles con presa. Especialmente llamativo este último plato, q mezclaba sabores e ingredientes típicos de otras gastronomias como la salsa de soja y los noodles, con productos típicos de aquí como la presa o el chorizo. Tenían un toque de picante muy leve y venía aderezado con cacahuetes, sabor increiblemente bueno, muy recomendable. De postre pedimos una tarta de queso, un surtido de helados servidos sobre base de galleta desmenuzada y una torrija (nada típica pero sorprendentemente buena). Deliciosos todos. Al terminar nos invitaron a un chupito para ayudar a la digestión. Caímos a 20€ por comensal, lo cual nos pareció muy buen precio teniendo en cuenta q habíamos pedido entrantes y dos rondas de bebidas. En conclusión, recomiendo el restaurante con total confianza, el trato fue muy amable y sin duda la comida excelente. Una opción diferente en Pozoblanco y que enriquece enormemente la oferta gastronómica del pueblo.
Se trata de un restaurante que surgió de la noche a la mañana. Al principio, tenían una carta muy limitada, con platos deliciosos pero sin mucha variedad. El restaurante es pequeño y su decoración es bastante simple, no destaca mucho y todo parece estar hecho a mano, similar al Restobar de Pozoblanco. Sin embargo, ahora han ampliado su carta, incluyendo tapas y otros platos más acordes al gusto local. Mi recomendación es que no sigan el mismo camino que otros restaurantes y se esfuercen por ser únicos e innovadores, ofreciendo productos de calidad, a diferencia del Restobar que utiliza productos de Mercadona y poco originales. Los camareros son muy amables y se esfuerzan por ofrecer un servicio rápido.