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Contribute FeedbackUn paraíso para el paladar y los sentidos, como en casa. excelente tratamiento y comida innovadora al igual que respetuosa con la vida de los dedos. 971, tirado de cerdo, seitan, bannoffe, mousse de limon,. sin palabras . parada obligatoria en mall.
Teníamos una reserva a las 14:30 pero en el camino por la carretera del Calobra se rompió un autobús y no podíamos llegar a tiempo, notamos que íbamos a retrasar y eran realmente amables y comprensivos, llegamos al límite de la cocina de cierre y todavía nos asistió. el lugar es maravilloso, super hermoso, tranquilo y acogedor. la comida más deliciosa, ordenamos el gazpacho blanco, gato fruta entrecot, ensalada verde hermosa y el sabor entrante para el paladar o algo así, xdd No recuerdo bien los nombres, digo de memoria. de postres la mousse de chocolate con jarabe de cereza, pastel de zanahoria y sorbete de limón, frambuesa y mango, todo delicioso. la presentación de cada plato de 10. servicio excepcional, muchas gracias por la paciencia y profesionalidad. Si volvemos a la isla, ciertamente repetiremos.
Buen vegano. comer debajo de la higuera tiene un encanto especial.
Encantador lugar. relajante. muy personal atención y cerca. exquisita comida vegetariana, hecha con mucho afecto y encanto. platos de engaño que no parecen vegetarianos, como el plato de engaño, la hamburguesa, etc. Zona, así que los niños juegan con juguetes y rellenos. mesas situadas en la terraza exterior con música relajante ambiente. Volveremos y volvemos. delicioso. Aunque no son vegetarianos vienen. vale la pena.
El curry rojo perfecto para los que no temen al picante. La hamburguesa bbq con algas estaba muy buena también y acompañada de unas patatas fritas perfectas. El precio sale económico porque con un solo plato hay más que suficiente, en mi opinión las raciones son exageradas, preferiría menos cantidad para comer un primero y un segundo o un postre porque solo con el plato principal ya es una comida bastante copiosa. 5 estrellas por no ser solo postureo y esforzarse en llevar un restaurante sostenible hasta el último detalle (como las pajitas de cartón para la bebida). Si tenemos la suerte de volver a Mallorca repetiremos