Morel Et Fils - Lille

Este bar restaurante es una antigua bonneterie es decir una tienda de lencería para mujeres, que se ha convertido en café hace 30 años. Está en la plaza del teatro de Lille, justo en frente de la cámara de comercio de la ciudad. Es uno de los más famosos cafés de Francia, porque se ha grabado una película recientemente que vieron 20 millones de franceses, bienvenue chez les ch´tis , una comedia sobre la gente del norte de Francia. Dos generaciones habían llevado el negocio de la lencería, pero el hijo, viendo la ubicación tan céntrica decidió hacer un café con el lugar, dejando ahí los maniquines y los objetos típicos del negocio de sus abuelos. Se comen mejillones con patatas fritas, como en la mayoría de los bares de Lille, y son deliciosas. Hay una gran selección de cervezas belgas y francesas. La fachada del edificio, del siglo XVIII, es monumento hitsórico. Hay una terraza para los días buenos, que se calienta en invierno. Siempre está muy lleno.

Este café es probablemente una de las más inusuales, si uno de los mejores nido, el centro de Lille. De hecho, esta es una tienda de medias de edad y la ropa interior, cuya corriente Lenseigne CAF ha mantenido, y sabido conservar de alguna manera el estado de ánimo un poco rgner retro eso fue todo. Dco de un variopinto hecho de este lugar un sitio agradable donde uno se siente como en casa apenas pasar el umbral de la puerta! Los propietarios son amables y acogedores, y este lugar se está convirtiendo rápidamente en un repre para Lille, y el otro, pasando por el Norte!

Para su información, el restaurante bar de conversión de la fecha menos de 10 años y no 30 años.

Le soir, le Moulin d'or, idéalement situé face à l'Opéra, où il dispose d'une terrasse sur la place et d'une salle à l'architecture originale, qui rappelle les salons des bateaux à roues à aubes du Mississipi au siècle avant-dernier, accueille essentiellement une clientèle jeune se retrouvant entre amis autour d'un verre.Côté nourriture, il faut se contenter d'assiettes et de planches de fromages, de charcuteries ou de poissons fumés, fort appétissantes au demeurant.Les vins sont servis chichement au verre, ce qui fait vite grimper l'addition si on s'avise de se faire resservir.Mais le problème, ce soir-là venait d'une jeunette, stagiaire peut-être, qui confondait régulièrement les destinataires des plats, mettait trois bonnes minutes à déboucher avec une maladresse caricaturale la bouteille de vin de la table voisine et, cerise sur le gâteau, prenait dans ses bras en le caressant longuement le caniche d'un client avant de servir en l'état l'assiette de charcuteries d'une autre table.C'est sans doute mignon, mais bonjour les règles les plus élémentaires d'hygiène pour ce type d'établissement ...

Nous y avions très bien déjeuné. Carte sympa avec du choix. Accueil chaleureux et beau cadre. Les plats étaient tous très bien servis. Le service était également satisfaisant . Bonne adresse à garder.