La Rula - Colunga

Pedimos mejillones, y pequeños y no estaban buenos, croquetas de marisco, que estaban ricas, pero el empanado, no era pan, se veían como las de las fragancias y por último, navajas que mi marido no probó ninguna y yo a la mitad, todas sin limpiar, llenas de arena y porquería verde, más las bebidas....50€ tirados a la basura. De allí nos hemos ido a otro sitio para poder cenar. Los camareros de 20 años inespertos, el sitio está limpio y bonito, pero la peor experiencia en restaurante que hemos tenido.

Estabamos visitando el puerto de Lustres y paramos en el restaurante te que teniams mas cercano , con una carta sobre todo de mariscos, pescados y productos ibericos... tenia buena pinta. Yo no se si es porque éramos una pareja joven o se lo hacen a todo mundo pero nos tomaron el pelo!! Pedimos jamón ibérico y lo que nos pusieron fue la peor parte del jamón, era todo grasa( bastante difícil encontrar algo de carne) e incluso la parte de la grasa/piel amarilla del jamón .. en abundancia. De segundo pedimos rodaballo, por el que pagamos 20 eur y del que nos pusieron un trozo de la cabeza. En definitiva.. Pagamos mucho por comer muy muy mal!!

Me pusieron una tarta de turrón que decian y aseguraban que era casera y da la casualidad que es la misma tarta que me hace un confitero para el bar donde yo trabajo.Yo la tengo para menú porque es muy barata y estos individuos de la RULA me la cobraron como casera.Llevo comiendo la misma tarta años y como cocinero que soy me cercioré que lo que decía era cierto. Llamé al confitero y le pregunté que si les dejaba la tarta y me contesto que sí.En este sitio mienten, tengan cuidado,posiblemente pidan jamón ibérico y les den serrano y todavía les quieran convencer que es ibérico.Nunca volveré Y nunca lo recomendaria

No comáis en el puerto, en La Rula... comida de batalla , al menos el menú, muy masificado, no es agradable (salvo el camarero más mayor, que es entrañable) y nos obligaron a pedir menú para los niños (luego nos tuvieron que meter en papel de aluminio para llevar los segundos platos que sobraron, claro) El arroz de marisco ¡MALÍSIMO! Y los escalopines al cabrales ¡no tenían cabrales! Buscad otro sitio, que luego vimos restaurantes con muy buena pinta (El Mirador, sólo con las vistas ya te alimentas, y El Barrigón de Bertín, cuyo cocinero aprendió con Adriá, aunque su ubicación no es muy buena)

Calidad de la comida: de entrada pedimos unas zamburiñas y unas navajas para compartir, la cantidad estaba bien y las piezas eran grandes pero la verdad es que sabían a poco, no estaban lo suficientemente condimentadas, sin más, un poco sosas. Luego pedimos un besugo para compartir entre dos que estaba un poco amargo, para el precio que tiene este pescado (35€ LA RACIÓN, un pedacito con el que no te llenas ni un diente).. nuevamente, sin más. Luego un buey de mar para compartir (25€/kg) que no estaba mal, pero tampoco era una locura aunque probamos poco porque vino vacío. Patatas fritas para mi con el mismo aceite que el pescado porque tenían sabor a pescado, un poco deplorable eso pero bueno.. Y por último lo “mejorcito” el arroz negro, aunque he probado mejores pero el alioli para acompañar estaba bien logrado. Atención y precio: aquí viene lo peor.. la encargada de la planta de arriba nos hizo pasar un momento fatal por confusiones provocadas por ella misma. Como primer punto, antes de pedir el besugo habíamos optado por otro tipo de pescado, que le especificamos que era para compartir entre dos, nos dijo que costaba 18€ cada ración, que con dos raciones estábamos OK, le dijimos que si y al rato viene a decirnos que finalmente no quedaba que nos podía ofrecer besugo “por lo mismo”, que le quedaba una pieza (sic), le dimos el OK, y resulta que la pieza de besugo estaba compuesta por dos raciones y que finalmente el “por lo mismo” implicaba el doble de precio. De pagar 2 raciones a 36 a pagar 70.. claramente, no es “lo mismo”. Por otro lado, el buey de mar que vino vacío, cuando nos lo traen nos dicen que había salido vacío y dijeron que iban a meter otro, que no nos lo cobrarían porque había sido error de ellos. Le dijimos que si se iba a demorar 30 min más (lo que demoró el primero) ya no lo queríamos, nos dijeron que ya lo estaban cociendo, que no nos lo iban a cobrar por el error, que igual si no queríamos comerlo en el momento, nos lo ponían para llevar, a lo que respondimos que si no nos lo cobraban ok, pero que sino por favor no lo sacaran ni para comer allí ni para llevar porque ya no teníamos hambre. Lo sacaron para llevar y lo colocaron en la cuenta, o sea que la única atención que tenían era básicamente NO cobrarme algo que NO había comido, un buey vacío.. y no, lógicamente no hubiera pagado por algo que no había consumido, qué disparate es ese? Por otro lado, habíamos pedido que las patatas salieran con el besugo y el buey, bueno.. llegaron con sabor a pescado por el aceite y de postre.. realmente, paupérrimo. Luego ya el arreglo de la cuenta fue una pérdida de tiempo de 40 min, nadie se quería hacer cargo de nada, nos descontaban el buey y nos cargaban el besugo, nos descontaban el besugo y nos cargaban el buey. Y así 3 veces.. me decían una cosa diferente a cada uno, de la expectativa de una comida amena, a una discusión de 40 minutos con todo el personal por confusiones de la mesera de la que se enteró toda la gente que estaba allí comiendo y nos miraban como si fuese culpa nuestra encima que nos quisieran meter 70 pavos de más en la cuenta y parte de eso encima por cosas que NI COMIMOS. Lamentable, no volvería, no lo recomendaría, sólo podría reclamar ante Defensa al Consumidor porque lo mal que la he pasado en términos generales en este sitio, no me lo compensa el hecho de haber no pagado por lo que no corresponde, porqué básicamente la compensación fue esa. Le pongo dos estrellas porque la ubicación del sitio estaba muy bien y el ambiente se conservaba tranquilo, es un sitio que se adapta para ir en pareja, familia o con amigos.