Lo de Juan

Muy buena parrilla atendida por sus dueños. Los mozos brindan también muy buena atención. Las mesas muy bien puestas. La carne buena y en su punto justo, muy rico el chorizo y la Provoleta Juan. Los precios algo elevados, en especial los vinos, pero se debe considerar que las porciones son generosas (excepto la ensalada grande que es muy exigua) y que éstos son finales, no te recargan el antipático "cubierto." El lugar es chico, pero tiene mesas afuera. Vale la pena conocer.

No somos de ir a parrillas con mi esposa, preferimos restaurantes de comida internacional, españoles o italianos, preferentemente pescados o pastas, pero este domingo teníamos el antojo de comer carne asada y decidimos ir a esta parrilla que nos habían recomendado. Es curioso donde escuchamos la recomendación: un mozo de Magritte, restaurant excelente de Urquiza, le recomendaba a un cliente esta parrilla, diciéndole que era la mejor lejos de la zona. Nos acordamos y fuimos. Y quedamos encantados. Parrilla chica, de barrio, en un local en ochava donde hay mas mesas en la calle que dentro. Mesas sencillas pero bien puestas, copas, panera, mantel y servilletas de tela, carta con buenos vinos, y en comida opciones preferentemente de parrilla. Excelente las provoletas, chorizo buenísimo, y el bife de chorizo mariposa exquisito, carne con la grasa justa, cuando terminas de comer no está el plato lleno de desechos, solo los justos. Los platos que vimos pasar estaban muy bien presentados: tira de asado, vació, tabla de achuras, matambrito de cerdo. Nos llamó la atención que el parrillero era una sola persona, por lo que entendí es el dueño, que según nos dijeron desde los 14 años hace el mismo trabajo. Es una familia la dueña del restaurant, y la verdad se nota el esmero que ponen en que te sientas bien, al igual que los 2 mozos, que te saben recomendar. Los precios acordes a la calidad. No cobran servicio de mesa. Un lugar que no es lujoso, en una calle de barrio, en un local que no es lindo ni grande, pero es cálido, y además ofrece un producto de calidad. De yapa lemoncello como atención. Volveremos nuevamente, con familia y amigos, vale la pena, recomendable 100%.

Rico pero caro, muy poco espacio entre mesas, el lugar es chico salvo en verano que hay mesas afuera. Otra gran contra es la falta de vencilacion, se sale con olor a comida. Los precios algo caro para lo que ofrece, la atencion excelente.

Si bien los precios son altos, la parrilla es excelente y la atencion ea buena. Es un poco chico el lugar, muchas veces hay humo y normalmente la ropa sale con olor. No sejen de ir.

Fuimos un domingo al mediodía a comer tres personas. Sin reserva fuimos temprano tipo 12:30hs y no tuvimos problemas para encontrar una mesa en la vereda. Es una parrilla de barrio, en una esquina, con mesas y sillas de plástico si te sentás en la vereda.Lo primero que quiero aclarar es que para ser tres personas comimos mucho! jajaja Una provoleta de Juan (con panceta y morrones, muy recomendable), una porción de chinchulines y otra de mollejas (para mi gusto demasiada grasa tenían las mollejas por $260 la porción). De plato principal media porción de vacío y media de matambre de cerdo. Los postres fueron: un budin de pan (riquísimo y casero), un almendrado y un bombón suizo. Sumale un vino de 500ml, dos aguas minerales y dos gaseosas light. Todo muy rico la verdad y recomendable. Imaginaba una cuenta superior a los 1000 pesos pero cuando llegó incluyendo la propina fueron $1700 (mas de $500 por cabeza). A mí me pareció elevada la cuenta para una parrilla de barrio, comparando puedo gastar lo mismo en parrillas de categoría. Aparte me pareció que es un lugar que no termina de definir su perfil o gama, por ejemplo, las mencionadas sillas y mesas de plástico marcan algo, pero a la vez le ponen mantel y carpeta de cuero o te sirven el vino en copas grandes que marcan otra categoría. El servicio es otra cosa que no está acorde con la categoría que pretenden mostrar, el mozo nos atendió con mala cara, hasta canchero por momentos, no prestaba atención y preguntaba todo dos o tres veces y encima se peleo con la encargada a los gritos en el medio del salón y nosotros que estábamos en la calle escuchamos todo con lujo de detalles, insultos incluidos. Ni hablar que esperé la cuenta cuarenta minutos, todo mérito del mozo! Son cosas que los dueños deberían evaluar a mi entender porque desprestigian el lugar y el perfil que intentan darle.La verdad es que pasamos un grato almuerzo y volveríamos en el futuro aunque mirando más que pedimos para no encontrarnos con sorpresas cuando viene la cuenta.