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Contribute FeedbackGran sitio, precio de calidad increíble y atención excepcional.
Un lugar ideal para pasar una tarde con amigos o niños, pero lamentablemente estaba vacío. Los entrantes eran decepcionantes, todo congelado: las croquetas y las rabas de la carta resultaron ser calamares a la romana en realidad. Los camareros mostraban falta de experiencia, llegaron a ofrecer cerveza con hielo, sirviendo el vaso a la mitad y diciendo que era de un botellín, sin preguntar el punto de la carne. Detalles poco atractivos como vinagre con barquitos y la cocinera fumando mientras cocinaba. Al menos la carne (chuletón y costillas) estaba jugosa y en su punto, al igual que la sidra, deliciosa. Es una lástima porque el potencial del lugar es enorme.
Situado cerca de lequio, alejado del bullicio y las multitudes, entre un paraje con unas vistas impresionantes de las verdes montañas, las vides y los frutales. En cuanto a la comida.... muy bien elaborada todo hecho con cariño, racciones abundantes, carne de calidad, brasas... y que decir de los postres... caseros de verdad. Bebida a raudales 4 euros y barra libre de vinos, sidras y cavas) Zona de parque infantil, amplio aparcamiento.... El trato super familiar. Muy recomendable.
Fuimos un grupo de amigos y nos gustó mucho. Buena relación calidad-cantidad-precio, la chuleta , la tortilla de bacalao y la sidra nos encantaron. Muy buena atención por parte del servicio
Fuimos un grupo de aproximadamente 15 adultos y 15 niños, y la experiencia no podría haber sido mejor. Ubicado en plena naturaleza, en lo alto de la montaña, se trata de un caserío con mucho espacio para estacionar y zona de columpios. En el menú, además de los platos típicos de sidrería, encontramos diferentes entrantes, pescados y carnes. Y, por supuesto, las kupelas con sidra. Todo lo que probamos estaba delicioso, aunque las raciones eran un poco pequeñas, pero supongo que es difícil calcular para tantas personas. Para los niños sirvieron croquetas, pechuga con papas y helado de postre. Es un lugar perfecto para ir con los niños, ya que al estar en una zona apartada, pueden jugar sin peligro. Además, les ofrecen paseos en pony, con los que quedaron encantados. ¡Totalmente recomendable!