Images
ContributeFeedback
Contribute FeedbackLlegamos pronto unas vacaciones y podríamos comer en la terraza, que prácticamente estaba reservada. El salón estaba lleno. La comida, bien. La alfarería, espectacular. ¡Y fruta de postre! La camarera, amistosa y atenta. Vale la pena desviarse a Beas.
Buen sitio. Admiten perros, fundamental en mi caso, aunque no tienen costumbre y tienes que insistir en el agua de tu mascota. Tiene bodega, pide mosto está genial. La carta variada y todo rico. Lo recomiento
Un buen sitio para una parada. Estuve en otoño, pero me imagino que en invierno debe ser un gustazo entrar con frío a un sitio así rústico y bonito, sentarse a comer con las chimeneas funcionando y a disfrutar de ibéricos en la parrilla. El servicio estuvo muy bien, muy amable la chica y correcta. La comida no estuvo mal. Lástima que se pasó de parrilla la brocheta solomillo y quedó seca y dura, pero de sabor bien. Patatas fritas no eran de bolsa y se agradece tmbn. las papas aliñadas muy muy ricas, como las aceitunas, q se agradece tmbn q viniera con el pan tostado con el chorizo. Por destacar un fallo, a los cuartos de baño una reforma les vendría bien, y es q el sitio es bonito, ese salón con el techo tan alto, esa cocina abierta al salón y la gran chimenea en medio de las mesas y luego vas al baño y decepciona... Los precios son acordes, hay menús para entre semana. Repetiría.
Mesón bien localizado en la carretera que cruza Beas. Facilidad para aparcar por las calles cercanas. En cuanto a construcción y decoración el establecimiento hace esquina y es el típico mesón muy amplio, con una terraza exterior cubierta, un comedor pequeño junto a la barra y otro muy grande en el interior. El día que nosotros fuimos, domingo frío de diciembre, se echó en falta que tuvieran encendidas las estufas de la terraza exterior. El lugar estaba completamente lleno, por lo nos apuntaron en una lista de espera y en media hora aproximadamente tuvimos mesa. La carta es variada, a base de raciones, no hay problema para elegir (ver fotografías). Pedimos secreto a la brasa y una brocheta de rape con langostinos. Los dos estaban muy buenos y la cantidad es muy abundante. Con un solo plato come una persona. La presentación-emplatado correcta, sin adornos ni florituras. Adjunto fotografías de todo. La atención por parte de los camareros muy atentos, aunque se les ve un poco desbordados por la cantidad de personas que caben en el local y eso que son bastantes los empleados que estaban trabajando este día en concreto. El precio está muy bien teniendo en cuenta la calidad y la cantidad de las raciones. Como único punto negativo resaltar que tardaron 50 minutos en servirnos la comida desde que la pedimos, pero se comprende teniendo en cuenta que era comida a la brasa y que el mesón estaba completamente lleno. Resumiendo, un lugar recomendable.
Típico mesón andaluz, en las que predomina las carnes a la brasa. Muy buena materia prima. En la parte de atrás está El Liroa, en el que te puedes hacer fuerte en una chimenea y llevar tu propia carne. El Bar te pone la bebida, excelente mosto propio de sus bodegas, y botellines helados. Servicio inmediato, ambiente distendido, en el que suelen haber varias reuniones, que con el calor de la chimenea, el calor del mosto y el carácter andaluz suelen entremezclarse, y si se sazona con una guitarra y un cante, suele dar lugar a encuentros muy agradables y afables.