Els Pescadors/la Llotja - Arenys de Mar

Sin pretensiones ni experimentos. Buen género y bien elaborado. Eso es todo. Tienen un pescado muy fresco y una cocina honesta, justo al lado de la lonja de pescadores. En este restaurante solo puedes pretender..........................comer muy buen pescado. Todo lo demás (servicio, local, decoración....... es secundario. Relacion calidad/precio muy buena. Fácil de aparcar.

El servicio atento y el entorno agradable, comimos fuera y aunque no habría sobrado una sombrilla, se estaba bien. La calidad del producto más que correcta y la paella bastante buena también. El pero lo pongo en el precio, un poco alto y más si pides sangría de cava. Últimamente esta bebida parece que , en general no solo aquí, la preparen con diamantes diluidos.

Frecuentamos este bar-restaurante desde hace más de 15 años y éste ha sido siempre un lugar emblemático para comer pescado FRESCO con una relación calidad-cantidad-precio muy superior pero, desde el cambio de dirección, y tras nuestras 2 últimas visitas, confirmo que la cantidad de las raciones ha disminuido, el precio es el mismo. El personal de sala también se ha reducido considerablemente y el nivel de servicio se ha resentido, lo que conlleva a esperas para tomar nota, para pedir cualquier extra, etc. Hoy hemos visitado el restaurante y hemos comentado con el nuevo jefe de sala el hecho de que uno de sus platos estrella, el rape a la marinera, haya reducido la ración de 3 trozos muy generosos a sólo 2, y algo pequeños. Menos mejillones también. Eso sí, misma frescura, salsa y cocción excelentes! La excusa ha sido que el peso era el mismo que habitualmente, hecho con el que no hemos estamos de acuerdo. Hace 15 años que venimos expresamente a tomar este plato. No cuela. Sugerencia: tenéis un producto y una elaboración en cocina excepcionales, pero no escatimeis en cantidad y calidad, y nos hagáis creer lo que no es. Si es necesario, subid precios de la carta, vuestra clientela lo pagará.

Me quedo sin duda con los mejillones a la marinera como un obligado. Pero realmente todo está muy bueno. Suele haber mucha gente y el servicio en ocasiones no va al ritmo que las mesas requieren pero estas tan bien esa terracita con una buena copa de vino que la espera merece la pena.

El camarero Javi ha sido muy amable con nosotros, también hay que decir que es bastante sexy. Profesionalidad impecable.