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Not far from the downtown Mendoza, to enjoy a very beautiful and peaceful place. In the middle of an olive garden, this small finca has a very good restaurant. I had the best candy in my whole life. The rooms are very nice and with their own identity. You need to improve the service for breakfast time and offer some services in rooms such as ice cream, drinks and maybe some snacks. The owner and his family are very d... View all feedback.
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Sii bien esta alejado, es una buena opcion para ir en familia, almorzar rico, y disfrutar del aire libre.Lo malo es que fui en Octubre y el calor era insoportable, quizas sea mejor ir en otros meses mas frios.La comida tiene un precio para mi excesivo para la cantidad, que era muy poca. View all feedback.
That was probably a great place, not a long time ago. The restaurant is well maintained and neatly arranged with local products. The food was very good, but expensive. The only area is the restaurant and the other parts are in total despair... Including the farm, something my children were looking forward to.
Not far from the downtown Mendoza, to enjoy a very beautiful and peaceful place. In the middle of an olive garden, this small finca has a very good restaurant. I had the best candy in my whole life. The rooms are very nice and with their own identity. You need to improve the service for breakfast time and offer some services in rooms such as ice cream, drinks and maybe some snacks. The owner and his family are very dedicated and they are very friendly and helpful. You can enjoy beautiful sights in the early morning of the snowy mountains of Los Andes
La atencion deja mucho que desear, la relacion precio calidad es muy mala. La comida es aceptable, pero no es recomendable.
El lugar es lindisimo, pero el restaurante no acompaña.Tiene pocas opciones de platos, y cero variedad en vinos. Éramos muchos para almorzar, así q pedimos todos los platos. No estaban bien (o muy seco o muy chico, o poco sabroso), salvo el matambre tiernizado. El vino no era muy bueno tampoco (solo 2 opciones de la casa) y los postres igual, salvo las peras al vino tinto. Una pena.
Si bien las instalaciones están un poco abandonadas, la finca es grande y posee diferentes espacios, una granja con animales, espacios verdes para sentarse a tomar algo, un bar (que permanece cerrado) un microcine (que se puede visitar), una casona, que es donde vivían los propietarios que por dentro es muy linda (también se puede visitar), hay un espacio de juegos para niños (juguetes, libros, disfraces) que posee cámaras de video y las imágenes se reproducen en una pantalla en el comedor para que los padres puedan ver lo que hacen los chicos, también hay bicicletas para recorrer la finca, bueno en general como paseo es interesante, alterna buenas y malas. Lo que no alterna buenas y malas y es simplemente malo es el servicio y la comida. La carta (muy original en su forma, pero resulta incómoda y difícil de leer) no es muy variada son pocos platos, es una carta que no tiene precios, uno debe preguntarle a la moza el valor de los platos. El servicio no es bueno, se demoran mucho en tomar el pedido, también entre la entrada y el plato principal. Tienen solamente dos vinos, ambos son propios (de Finca Las Marujitas, un varietal de $150 y el otro es un reserva de $250), esto es muy flojo, deberían tener otras opciones, más allá del precio, por ahí uno no quiere arriesgarse y quiere tomar un vino que ya conoce, más caro o más barato pero no podes tener solamente dos vinos y encima propios, es como que me obligas a tomar tu vino. La comida no es rica, no es sabrosa, la sirvieron tibia, muy flojo. En definitiva, no lo recomiendo para ir a comer.